domingo, 11 de diciembre de 2011

"Biblioteca Popular Alberto Bachelet" por Emiliano Navarrete


Santiago de Chile, 18:39 horas, Marcoleta 659.

si-library-fire3-600x460.jpg (600×460)Raulo con al menos treinta jóvenes, luciendo pañoletas palestinas cubriendo su rostro, usando jeans ajustados, en casi todas las vestimentas predominan el negro con muchas manchas, esa estampida rodea la casa matriz de la Gran Logia de Chile. Dos guardias vestidos de terno de corte italiano con audífonos en una de sus orejas y teléfonos móviles pequeños se acercan a él.
Raulo era el único que se distinguía del resto, sus ojos eran vivaces y sus rasgos caucásicos, con algunas pecas en sus pómulos, de mirada intensa y lleno de rulos (de ahí el origen del su seudónimo), un guardia bajo de gruesa contextura corporal lo increpa intentando espantarlo con la supuesta llamada a la llegada de la fuerza pública. Raulo no se inmuta y sus compañeros están tranquilos, una actitud poco usual en este tipo de bándalos. Raulo los encara gritándole tanto al guardia en cuesto como al centinela que se encuentra en las puertas de cristal:

-Se lo que le hicieron a Alberto Bachelet y a Salvador Allende, maricones -Intenta mantener la compostura para demostrar rudeza y continua-. Se lo que le hicieron a quince padres de este piño de idealistas, los traicionaron, se vengaron en esa sed revanchista y sediciosa. Se que apoyaron al innombrable y que lo ayudaron más de la cuenta. Se a cuantos miles de jóvenes estafaron en la Universidad La República y a los que piensan estafar con la Universidad Los Leones. - Pasa su puño derecho cerca de su nariz y continua- finalmente llegó su hora. Su palacete de cristal será ahora de todos los chilenos y no para unos pocos elegidos por el supuesto “Gran Arquitecto”.
El guardia se asusta, logra reconocer a quién es en verdad Raulo; es el querido hermano irlandés, así lo llamaban en la logía Franklin N°27. El irlandés insistió mucho en entrar en esa logia, puesto que su tío perteneció en ese mismo lugar, donde después fue entregado a traición por un hermano que era teniente de la Fuerza Aérea al “Palacio de la risa”. Ese era el irlandés. Y esos eran los tan queridos hermanos de su tío.

Raulo retrocede donde un piño de compañeros preparan un cóctel molotov para incendiar las principales oficinas escondidas tras esos falsos muros de cristal. Luego de dar la instrucción de no destruir los murales de Mario Toral, insistiendo en que tiene compradores ineresados dentro del mercado negro de “Bellas Artes” chilenos -que darían un par de palos por cada una de esas aberraciones-. Con los ojos brillando les insiste en la cantidad de dinero dispuesto y de cómo retribuirlo a la usanza de Robin Hood. Los muchachos con incredulidad aceptan la única condición.

Los planos del lugar fueron estudiados en tres asambleas, sus calabozosos, túneles, oficinas y armería, los extintores y la gran cocina. Ruidos de sirena se escuchan, pero ellos se tranquilizan, saben que es una zona rodeada de hospitales. Ya son cuarenta y siete los jóvenes reunidos. Raulo emocionado grita con fulgor:
-¡A quemar a los consentidos del Gran Arquitecto de la Opresión!

Tres personas rodearon a los dos guardias, les robaron sus audífonos y los cuatro teléfonos móviles que tenían en casos de este tipo de emergencias, un graffitero no hace caso a la recomendación inicial al llenar de spray un cuadro, sólo lo hizo por el gusto de la destrucción creadora; otras siete personas roban las cuatro esculturas y otras cuatro toma las pinturas. Las llevan a una furgoneta de fines de los sesenta, esas subarú.

El resto de los manifestantes queman la biblioteca, manteniendo los discursos de Allende, Balmaceda, Valentin Letelier, Francisco Arcos y Francisco Bilbao, al parecer el lider del asalto a las bibliotecas era un neófito arrepentido de engrosar dicha cadena fraternal. Otros rescatan al Quijote, y el resto, a la fogata. Libros sin utilidad, ni para reciclaje servían.

En diez minutos el número de infiltrados en la Gran Logia se multiplicó por tres, saquean las logias, las agendas, las espadas, los inciensos, los artículos de broncería, las butacas, todo, todo es arrasado. Toman de rehen al gran maestro, entre las pocas personas que habitaban tan colosal edificación. Pese a las amenazas del gran maestro, tres mujeres toman la espada flamíngera y les dice con picardía:
-¿Así que las mujeres no somos digna creación del GADU?
No esperan la respuesta, solo desean penetrar al gran maestro, primero en el estómago, buscando llegar a los pulmones, con poco éxito. Luego lo dan vuelta rompiendo el cinturón, en cuya hebilla había un compás y una escuadra, y lo violan, primero con la espada flamíngera, luego con las otras tres espadas de delgado grosor. El olor a excremento y sangre es insoportable. La Gran Logia de Chile se ha quedado nuevamente si su gran maestro.

Luego de veinte minutos todos se retiran, unos cuantos porfiados se quedan. Personal de BOPE se acerca al lugar del saqueo, pero es tarde. Raulo saca un control remoto y grita:
- Después de la explosión de los cristales se dará inicio a una nueva biblioteca popular, la del General Alberto Bachelet.
Los efectivos del BOPE intentan entrar sin éxito, mientras la biblioteca arde y los cristales desaparecen por las diversas explosiones en lugares tácticos.

5 comentarios:

  1. Excelente, buena combinación me gusto eso de las mujeres (3 mujeres matando a un gran maestre, significado esotérico y poético?). Bueno para ser la primera entrada a un blog de terror chileno me parece buena para presentar lo que se va hacer en este sitio...

    En fin saludos os dejos nos vemos
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    http://chileniaucronica.blogspot.com/

    http://blackhole.bligoo.com/

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  2. Lo siento más ucrónico que de terror.

    Blood

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  3. Emiliano, con todo el aprecio que te tengo, debo decirte que esto NO es terror. Como dice el Dr. Blood más arriba, es más cercano a una ucronía, pero de Terror nada.

    Recuerden que acá están trabajando con un género lleno de exponentes muy talentosos, y con un público exigente, al que no le caerá bien el toparse con un cuento que no tiene nada de terrorífico.

    También fíjense en la edición, pues hay unos cuantos detalles importantes.

    Saludos.

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  4. Concuerdo con los señores más arriba. Si bien tiene un final relativamente truculento, no podríamos catalogarlo como terror, ni siquiera horror.

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  5. Me pasa que... Cuando me contaron los inicios de este relato, claro, no es terror clásico, luego de haber vivido los saqueos, desarrollo y asimilo un nuevob tipo de terror, el caos, la desesperación, la violencia.
    No nos encerremos ni sobre delimitemos los alcances de los géneros y los tópicos.
    Quiero ser libre de temer a los duendes, fantasmas, seres humanos, extraterrestres, progresos biológicos, poderes psíquicos, bacterias asesinas o al vecino violador.
    Exito a la iniciativa.

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