viernes, 6 de septiembre de 2013

"El Ojo Oceánico" por Juan Mayor *

"Ojo Metálico" por Alex Olivares
*Relato ganador del concurso ¿Cómo sería el resurgimiento de R'lyeh?

Me arrepiento tanto de haber tomado la decisión de cruzar el Océano Pacífico en esa embarcación… Si no hubiera vivido todas esas atrocidades aquella noche, no dependería de este pequeño atisbo de cordura para dejar registro de lo que…presencié… Pero debo escribirlo, antes de que aquello me atrape nuevamente. Aquel pandemonio innombrable, con sus extensiones aceitosas y sus ventosas que me observan, impávidas, en la complicidad silenciosa de esta habitación…

Esa noche, en alta mar, había un silencio que nunca en la vida había sentido. Una quietud en la cual cualquier sonido involuntario retumbaba en el ambiente, como si estuviera entre dos grandes peñascos. Ni siquiera el eco que se producía ondeaba el agua, por lo que empecé a desorientarme con el ruido circundante y a cuestionarme al unísono si lo que estaba viviendo era un sueño. Lo que me causó mayor preocupación fue el hecho de que el agua despedía un hedor que…no, no puedo describir… Luego, sentí que un vapor - supongo que fue lo que produjo ese olor - hacía hervir el océano de una manera que se asemejaba a estar sobre una enorme masa gelatinosa. Al mirar hacia abajo, pude presenciar miles de ojos que parecían burbujas que estallaban y alteraban mis sentidos de forma espantosa. En ese vértigo, pude distinguir figuras geométricas ciclópeas, difíciles de concebir por una mente humana. Eran como pilares calcáreos de origen antiquísimo que sostenían algo que no pude descubrir al principio…pero que, poco a poco, asimilo cuando veo ciertas imágenes en mis episodios de locura… Siento que aquello quiere volver…seguiré lo más que pueda…


El barco quedó varado ante el volumen pastoso de aquella abominación. El cielo estaba despejado, pero hubiera preferido, aunque suene raro, una tormenta marina que esa sensación de náuseas ante las pálidas estrellas que eran córneas brillantes, con un fulgor que alimentaba la agitación… Y la luna…la luna… Parecía la parte superior de un cefalópodo con una hendidura oscura, un perfecto ojo lunar… Apenas tenía fuerzas para…reponerme de la visión, mientras cerraba los míos. Las reverberaciones monstruosas de mis propios sonidos, sin embargo, y el olor malsano de esa viscosidad me evocaron momentos de fobias profundas y terrores inconscientes…
No recuerdo si lo siguiente lo viví también…o sólo fue parte de mi delirio lunático que se aproxima más y más… Como la sensación de estar observando bajo el agua un monolito color ocre, cuya fisonomía escapaba a toda ley de la naturaleza… Siento que todo el caos maloliente y los ecos saturados pasaron por una sinestesia que conllevó a aquel ídolo rocoso. Sobre todo ese…ojo-símbolo, que veía por todas partes y que hasta esa luna emuló…no, ya está aquí…sálvenme del ojo-luna…de nuevo, no…tentáculos…hendidura…palabras ilógicas…inconexas…R’lyeh…Cthulhu fhtagn…ojo-sello…fulguroso…ruidos y hediondez…ídolos tentaculares... ¡El ojo del océano!

3 comentarios:

  1. Excelente cuento, sería interesante que Juano se convierta en uno de sus colaboradores

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  2. Recién llegué a esta página y me encantó. Creo que el cuento está buenísimo, aunque le habría puesto un poco más de descripción. La atmósfera está muy bien lograda. Felicitaciones.

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  3. Gracias por tu comentario, Rodrigo. Espero escribir más, para el deleite de los lectores de terror. Saludos.

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