miércoles, 30 de octubre de 2013

"Andréi Chikatilo" por Khaoz Vortexx y Fraterno Dracon Saccis

"Chikatilo" por Khaoz Vortexx



"El Amanecer de una Nueva Era"
Por Fraterno Dracon Saccis

Me muerdo la pata. Herido y ciego ante el colorido contraste de la sangre sobre la nieve. No es mía, así como la extremidad que mordisqueaba.

Despierto empapado.

Curioso sudar mientras se sueña con un campo yermo y gélido. Me desperezo, restriego mi cara con las manos y el sudor es pegajoso. Y rojo. De un brinco me pongo de pie. Lo que en un momento pensé era mi casa es en realidad un bosque. El follaje que me rodea está salpicado de carmesí. Entonces veo el bulto pálido y ensangrentado que yace a unos metros. El dolor en mis manos materializa el recuerdo que llega como una puñalada.

Y otra puñalada.

Y otra más.

Ella caminaba por el sendero que rodea la arboleda. Nos cruzamos, su mirada se detuvo el momento preciso en mi rostro para alejarse con desprecio. Estoy seguro que lo sabía. Mientras más se alejaba, más crecía mi ira. Respiré lento, esperando que el vacío de mi estomago se calmara, como siempre lo hacía. Pero el caos no cedió. Me obligó a girar sobre mis talones y seguir sus pasos. Me escabullí entre los árboles, ocultándome sin perderla de vista, esperando el momento oportuno.

viernes, 25 de octubre de 2013

"Albert Fish" por Visceral y Pablo Espinoza Bardi

Albert Fish por Visceral


HIPERHEDONISMO; CORTESÍA DEL VIEJO FISH
Por Pablo Espinoza Bardi

«Que alegría morir en la silla eléctrica.
Será el último escalofrío.
El único que todavía no he experimentado».

Albert Fish


I.

El informe psiquiátrico reveló lo siguiente:
el viejo Fish era un homosexual
el viejo Fish era un masoquista
el viejo Fish era un voyeurista
el viejo Fish era un coprófago
el viejo Fish era un fetichista
el viejo Fish era un pedófilo
el viejo Fish era un caníbal
el viejo Fish era un sádico

Los que no conocen al viejo Fish dirán que es inofensivo, que es un anciano incapaz de matar una mosca, que su avanzada edad —que su rostro cansino— que su no sé qué / es impedimento para cometer atrocidades de todo tipo.

Los que conocen al viejo Fish, dirán que es una aberración que escapa del precario entendimiento humano. Que es un peligro para la sociedad etc – etc – etc.

Los que conocieron íntimamente al viejo Fish (y me refiero a aquellos pobres niños), si estuviesen con vida dirían que es un MONSTRUO salido de sus peores pesadillas. Tan simple como eso.

II.

martes, 22 de octubre de 2013

"Manuel Octavio Bermúdez" por Alex Olivares y Aldo Astete Cuadra

"El Monstruo de los Cañaduzales" por Alex Olivares

Cañaduzales
Por Aldo Astete Cuadra

¿¡Quién anda ahí!?
¡Malditos dejen de joder!
no les basta con estos 26 años
acaso deben seguir atormentándome
Repito, malditos ¿¡quién puta anda ahí!?
No dejo de ver sus cuerpos, sus rostros,
descomponiéndose a la sombra de la caña
con sonrisas despellejadas sin labios
Por qué debían mostrarme lo que el gusano
les hace a sus cuerpecitos
Por qué debían atormentarme con interrogatorios y pruebas
si confesé todo, a unos y a otros sodomicé y lo asumo.

viernes, 18 de octubre de 2013

"John Wayne Gacy" por All Gore y Fraterno Dracon Saccis

"Pogo" por All Gore



Pútrida Orgía, Gusanos Onanistas
Por Fraterno Dracon Saccis

La cáscara multicolor
Capa inmaculada, luminosa
Mientras más grande el resplandor
Mayor es la zona ignota
Que riega gota a gota
Subterráneo jardín de dolor

martes, 15 de octubre de 2013

"Candyman" por Pablo Espinoza Bardi

Ilustración por Alex Olivares

Todos en la familia terminamos odiando al viejo Ordoñez. Cada día lo descuidamos más y más hasta llegar a esto: el abandono total. De vez en cuando debíamos abrir las puertas y ventanas para ventilar el lugar. Sacarlo en su silla de ruedas hacia el pasillo del bloque y dejarlo ahí hasta ya entrada la noche. Su peste nos ponía de mal humor. Las peleas eran comunes al principio, sobre todo cuando debíamos turnarnos para darle la comida o asearlo.

Con el tiempo lo fuimos olvidando. A veces pasaban días y nadie se acordaba de él. Se hizo una rutina dejarle una bandeja con comida, agua, una bolsa con caramelos y algo de morfina…, y a los días volvíamos para repetir el proceso. En ocasiones, tan sólo le dejaba la morfina y una bolsa con sus caramelos favoritos. Entrar a su cubículo me significaba una tortura. El olor a mierda mezclado con la morfina me ocasionaba terribles migrañas. Ni siquiera con dejarle la ventana abierta desaparecía la hediondez. A veces miraba su rostro repleto de surcos y cicatrices… su asquerosa barba repleta de comida y moscas… y miraba directo a sus ojos nublados y estos estaban llenos de odio. Sentía que en cualquier momento saltaría desde su silla para estrangularme…, sé que lo haría, yo en su lugar lo haría.

viernes, 11 de octubre de 2013

"Leda y Compañía" por Patricio Alfonso

Ilustración de All Gore

Me impresionó. Era un pez lento, manso, y uno lo podía tocar. También era enorme. En mi concepto - mejor dicho, en mi recuerdo - los peces eran esas criaturas diminutas, frágiles y huidizas que habitaban en el acuario que tuve en mi infancia, y que con suerte podían ser alcanzadas con una red cuando la necesidad o la ociosidad así lo ameritaban.

El estanque del esturión - Leda me explicó que esa criatura robusta cuya cabeza parecía más bien la de un cocodrilo se llamaba esturión -  tenía forma de poliedro y estaba construido a base de primorosos azulejos portugueses. Nunca tan bien dicho aquello de azulejos,  porque eran de un color celestial, y el tono del cielo era el que reflejaban en la lenta caída de la tarde veraniega. Recordé vagamente que con los huevos del esturión se hacía el preciado caviar, pero el ser del estanque - me dijo Leda - jamás pondría huevos puesto que se trataba de un macho. Leda me había llamado por la mañana y en la tarde ya me tenía ahí, luego de un agotador viaje en avión, sentado al borde del estanque de azulejos y contemplando las lentas evoluciones del apacible monstruo. A lo lejos se podía divisar la línea del Mediterráneo, la silueta enhiesta del monumento a Colón y el perfil del acuario público donde Leda lo había comprado en calidad de excedente, aunque no por ello barato. Me pagaría bien a mí por las fotos, eso estaba claro.

De que Leda tenía dinero, lo tenía, así como que era tan extravagante como guapa. De que tenía una personalidad llena de recovecos, era cierto. Quizá me escogió a mi no sólo por mi prestigio profesional, sino porque se enteró que no me gustaban las mujeres. En la cama, quiero decir. En otro sentido,  Leda me gustaba mucho. Jamás podría hacerle fotos a quien no me gustase. Y ella merecía mis respetos. Cuando yo trabajaba para Vogue supe que había rechazado ser el rostro de una multinacional. Algunos envidiosos dijeron después que otra habría sido su respuesta si no hubiese sido rica. Olvidaban que por esos tiempos no lo era, y que su actual fortuna empezó a formarse solo después de que filmara Cardumen y empezaran a lloverle los contratos. Para mentir y comer esturión…

II

La primera sesión la haría vestida. Es decir, si uno era capaz de llamar vestuario al diminuto bikini rojo y los zapatos del mismo tono calzada con los cuáles no dudó en introducirse al estanque. La reacción del esturión fue pasmosa. Al parecer, el bicho estaba en ese momento grato, nadando en torno a mi brazo mientras yo desde la orilla le rascaba de cuando en vez la cabezota. Pero cuando Leda entró en el agua pareció apoderarse de la bestia un reconcentrado frenesí. La buscó, toqueteándola con ese hocico de caimán mientras ella se dejaba hacer lánguidamente. Yo, como el pez, también estaba poseído, y no puedo llevar la cuenta de los disparos que hice con la cámara. Casi no logré advertir que fue el animal quien le quitó el bikini. La segunda sesión la haría desnuda, salvo claro está por los zapatitos rojos.

III

Fue la sesión de fotos más impresionante de mi vida. Y la última. Lo que pasó después fue la gota que colmó mi vaso. Caí después en otros vasos, en una vida de alcoholismo y errancia que duró años, hasta que uno de los pocos amigos que no me habían abandonado me arrastró a una terapia. Ahora soy un tipo sereno, que toma ansiolíticos dos veces por día y sólo sufre pesadillas de vez en cuando - “Déjame aquí, en el agua. Encontrarás tu cheque en la mesita del vestíbulo” - , pero el talento me ha abandonado totalmente. Por suerte, todavía recibo fondos por concepto de autoría cuando alguna revista hace alguna nota más bien nostálgica sobre mi trabajo.



IV

La muestra fotográfica “Leda del Mar – Nupcias y Testamento”, de Mario Calabrés, fue exhibida con tanto éxito como escándalo en la Galería Gaudí, de Barcelona. El hecho de que la famosa modelo y actriz protagonista de las imágenes se suicidara dejándose morir por inmersión luego de terminada la sesión de fotos sólo añadió morbo al  morbo.

V

En un estanque de azulejo portugués, un esturión solitario da vueltas todavía como un viudo inconsolable.


martes, 8 de octubre de 2013

"La Torre de Carne" por Aldo Astete Cuadra

Ilustración por All Gore

En el centro de Licilia los rayos paridos por la tormenta se concentraban sobre La Torre de Carne. Hacía sólo un momento que Emet había recitado la letanía contenida en los Rituales Rojos, el libro poseedor de los conocimientos arcanos y el poder de transmitir las fórmulas que dan paso a la dimensión de los seres diásporas que padecen eternamente en aquel éter  imposible.
La Torre de Carne recibe las descargas chirriando, hirviendo en su grasa humana durante siglos aglutinada, retorciéndose en un mar de piltrafas que dan forma al obelisco ciclópeo que indica el ortocentro en que se unen las energías capaces de abrir los portales para ingresar de este mundo físico al universo de las energías etéreas.

viernes, 4 de octubre de 2013

"Arte y Culto a Goczecocogch"




Logo por All Gore

"Protubers" por All Gore
"Fraksholus" por Alex Olivares
"Goczecocogch" por Ana Oyanadel

martes, 1 de octubre de 2013

"El Culto – Demo I" Por Fraterno Dracon Saccis


 
El Culto "Demo I"
Carátula restaurada por Ana Oyanadel

La biblia tirada en el piso
Rodeada de gotas de sangre
La navaja que marca la página
Donde está el número del hombre



Este es el único extracto rescatado desde los restos del «Demo I» de El Culto, la nunca bien ponderada primera banda de metal de Chile.

¿Cómo? ¿Qué no era Panzer? ¿O Massakre?

Efectivamente, las primeras bandas de metal que se tiene registro de existencia en nuestro país han sido estas mencionadas, además de Pentagram, Necrosis y otras, además de ciertas agrupaciones en las que hay discrepancia en cuanto a encasillarlas en este estilo o como Rock. Un ejemplo es el de Tumulto.

¿Y dónde queda El Culto?

El Culto fue una banda originada en las calles de Valparaíso, más específicamente en sus cerros. Hay algunos que dicen haber conocido a sus integrantes y que estos vivían en el Cerro Placer, otros aseguran que en el Barón. Incluso está poco claro si fueron un trío o un cuarteto, siendo la versión más popular la primera. Según se recoge de los testimonios de quienes dicen haber asistido a las pocas presentaciones en vivo que tuvo la banda, los apodos de los músicos serían:

Walo – Bajo
Chasca – Batería
Guatón Perro – Voz y Guitarra

Más datos sobre sus identidades aún no han sido encontrados.

La vida de la banda, según se puede deducir por el escaso rastro que dejaron, fue muy corta. Se formó a finales de 1978, para desaparecer luego de su última y ya mítica presentación en el sur de Chile, a principios de 1980. Fue en Ancud, en el gimnasio del Colegio Seminario Conciliar donde se realizó esta inédita «tocata», solo posible por el desconocimiento de los docentes del estilo de música. Cuando se le pregunta a los funcionarios más antiguos del recinto sobre este evento, lo niegan rotundamente. A pesar de esto, se puede encontrar el único registro de audio de la banda, ya que no existen copias de su demo. Uno de nuestros colaboradores en esta investigación, Miguel Cortés, falleció en el incendio de su casa, donde además de su madre y él mismo, fue destruida su valiosísima colección, que incluía este único ejemplar. Sólo se pudo rescatar la carátula en cuyo anverso se adivinan algunos versos que hemos transcrito al comienzo de esta nota.

¿Qué podemos decir sobre la música de El Culto?