La biblia tirada en el piso
Rodeada de gotas de sangre
La navaja que marca la página
Donde está el número del hombre
Rodeada de gotas de sangre
La navaja que marca la página
Donde está el número del hombre
Este es el único extracto rescatado desde los restos del «Demo I» de El
Culto, la nunca bien ponderada primera banda de metal de Chile.
¿Cómo? ¿Qué no era Panzer? ¿O Massakre?
Efectivamente, las primeras bandas de metal que se tiene registro de
existencia en nuestro país han sido estas mencionadas, además de Pentagram, Necrosis y otras, además de ciertas agrupaciones en las que hay
discrepancia en cuanto a encasillarlas en este estilo o como Rock. Un ejemplo
es el de Tumulto.
¿Y dónde queda El Culto?
El Culto fue una banda originada en las calles de
Valparaíso, más específicamente en sus cerros. Hay algunos que dicen haber
conocido a sus integrantes y que estos vivían en el Cerro Placer, otros
aseguran que en el Barón. Incluso está poco claro si fueron un trío o un
cuarteto, siendo la versión más popular la primera. Según se recoge de los
testimonios de quienes dicen haber asistido a las pocas presentaciones en vivo
que tuvo la banda, los apodos de los músicos serían:
Walo – Bajo
Chasca – Batería
Guatón Perro – Voz y Guitarra
Más datos sobre sus identidades aún no han sido encontrados.
La vida de la banda, según se puede deducir por el escaso rastro que
dejaron, fue muy corta. Se formó a finales de 1978, para desaparecer luego de
su última y ya mítica presentación en el sur de Chile, a principios de 1980.
Fue en Ancud, en el gimnasio del Colegio Seminario Conciliar donde se realizó
esta inédita «tocata», solo posible por el desconocimiento de
los docentes del estilo de música. Cuando se le pregunta a los funcionarios más
antiguos del recinto sobre este evento, lo niegan rotundamente. A pesar de
esto, se puede encontrar el único registro de audio de la banda, ya que no
existen copias de su demo. Uno de nuestros colaboradores en esta investigación,
Miguel Cortés, falleció en el incendio de su casa, donde además de su madre y
él mismo, fue destruida su valiosísima colección, que incluía este único
ejemplar. Sólo se pudo rescatar la carátula en cuyo anverso se adivinan algunos
versos que hemos transcrito al comienzo de esta nota.
¿Qué podemos decir sobre la música de El Culto?
Su estilo era adelantado a su época. Pueden encontrarse similitudes al Thrash
inglés de Venom o Sabbat. Con los años, fueron evolucionando a un estilo más
cercano al Black Metal, aunque el registro que más abajo encontrarán tampoco
ayuda mucho debido a su baja calidad.
¿Y acerca de sus letras?
Sabemos que su influencia ideológica venía de bandas como Black Sabbath,
Pentagram (USA), AC/DC o Iron Maiden. Del fragmento
lírico no se puede tampoco extraer más que una supuesta crítica a la religión,
aunque algunos aducen que serían más cercanos al satanismo, especulaciones nada
comprobadas, ya que como podemos ver en la portada, no hay imágenes
anticristianas ni demoníacas. La ilustración presenta una calavera en el centro
con la boca abierta. Desde atrás, una docena de tentáculos se enredan para
abrazar y enredarse en el logo de letras góticas negras.
Con todo, asistentes al recital
de Ancud quedaron sorprendidos cuando al cerrar su presentación, Guatón Perro
presentó un nuevo tema: «El Culto de...».
Según algunos diría «...Goat
Gore», pero
nuestro colaborador, que prefiere mantener su identidad en reserva, quien grabó
este último track con una grabadora de mano y que durante años lo ha escuchado,
afirma que diría «...Goczecocogch»
(sic). Gracias a que accedió
a que lo digitalizaramos, podemos compartir esta pieza única de la historia del
metal chileno. También nos cuenta que cuando tocaban dicha canción «El ambiente se puso denso. Era como si una
niebla invisible hubiese entrado al gimnasio. Algunos gritaban eufóricos, pero
no era por el copete o la emoción de la música. Era como un mandato, una respuesta
involuntaria. Luego, cuando terminaron se bajaron del escenario y salieron por
la puerta dejando todo tirado. Nadie se atrevió ni a tocar los instrumentos.
Simplemente salimos en silencio. Ninguno de mis amigos, ni yo, recordamos qué
hicimos en el trayecto a nuestras casa. Sólo nos quedaba el pitido en el oído y
el recuerdo de los coros de ese último tema. La gente de la banda nunca llegó a
buscar sus cosas ni al gimnasio ni a la casa donde habían alojado. Cuentan que
los instrumentos aún están guardados en un subterráneo del colegio. Pero claro,
los curas no van a decir nada.»
Y este fue el último recital de El Culto.
Esa misma noche como consta en la prensa local, fueron asesinadas tres familias
en sus propios hogares. No hubo indicios de robo, ni se encontró rastro alguno
de el o los perpetradores. Un mito urbano relaciona a este recital con los
crímenes, hecho para nada comprobado, pero que aporta nuevas aristas a la
ya escabrosa figura de la banda.
Si tiene algún dato que aportar, alguna copia del Demo I u otro registro de
la banda, estarían ayudando a cerrar un círculo inconcluso de la música
nacional.
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