Santiago de Chile, 18:39 horas,
Marcoleta 659.
Raulo con al menos treinta jóvenes,
luciendo pañoletas palestinas cubriendo su rostro, usando jeans
ajustados, en casi todas las vestimentas predominan el negro con
muchas manchas, esa estampida rodea la casa matriz de la Gran Logia
de Chile. Dos guardias vestidos de terno de corte italiano con
audífonos en una de sus orejas y teléfonos móviles pequeños se
acercan a él.
Raulo era el único que se distinguía
del resto, sus ojos eran vivaces y sus rasgos caucásicos, con
algunas pecas en sus pómulos, de mirada intensa y lleno de rulos (de
ahí el origen del su seudónimo), un guardia bajo de gruesa
contextura corporal lo increpa intentando espantarlo con la supuesta
llamada a la llegada de la fuerza pública. Raulo no se inmuta y sus
compañeros están tranquilos, una actitud poco usual en este tipo de
bándalos. Raulo los encara gritándole tanto al guardia en cuesto
como al centinela que se encuentra en las puertas de cristal:
-Se lo que le hicieron a Alberto
Bachelet y a Salvador Allende, maricones -Intenta mantener la
compostura para demostrar rudeza y continua-. Se lo que le hicieron a quince
padres de este piño de idealistas, los traicionaron, se vengaron en
esa sed revanchista y sediciosa. Se que apoyaron al innombrable y
que lo ayudaron más de la cuenta. Se a cuantos miles de jóvenes
estafaron en la Universidad La República y a los que piensan
estafar con la Universidad Los Leones. - Pasa su puño derecho
cerca de su nariz y continua- finalmente llegó su hora. Su palacete
de cristal será ahora de todos los chilenos y no para unos pocos
elegidos por el supuesto “Gran Arquitecto”.
El guardia se asusta, logra reconocer a
quién es en verdad Raulo; es el querido hermano
irlandés, así lo llamaban en la logía Franklin N°27. El irlandés
insistió mucho en entrar en esa logia, puesto que su tío perteneció
en ese mismo lugar, donde después fue entregado a traición por un
hermano que era teniente de la Fuerza Aérea al “Palacio de la
risa”. Ese era el irlandés. Y esos eran los tan queridos hermanos
de su tío.
Raulo retrocede donde un piño de
compañeros preparan un cóctel molotov para incendiar las
principales oficinas escondidas tras esos falsos muros de cristal.
Luego de dar la instrucción de no destruir los murales de Mario
Toral, insistiendo en que tiene compradores ineresados dentro del
mercado negro de “Bellas Artes” chilenos -que darían un par de
palos por cada una de esas aberraciones-. Con los ojos brillando les
insiste en la cantidad de dinero dispuesto y de cómo retribuirlo a
la usanza de Robin Hood. Los muchachos con incredulidad aceptan la
única condición.
Los planos del lugar fueron estudiados
en tres asambleas, sus calabozosos, túneles, oficinas y armería,
los extintores y la gran cocina. Ruidos de sirena se escuchan, pero
ellos se tranquilizan, saben que es una zona rodeada de hospitales.
Ya son cuarenta y siete los jóvenes reunidos. Raulo emocionado grita
con fulgor:
-¡A quemar a los consentidos del Gran
Arquitecto de la Opresión!
Tres personas rodearon a los dos
guardias, les robaron sus audífonos y los cuatro teléfonos móviles
que tenían en casos de este tipo de emergencias, un graffitero no
hace caso a la recomendación inicial al llenar de spray un cuadro,
sólo lo hizo por el gusto de la destrucción creadora; otras siete
personas roban las cuatro esculturas y otras cuatro toma las
pinturas. Las llevan a una furgoneta de fines de los sesenta, esas
subarú.
El resto de los manifestantes queman la
biblioteca, manteniendo los discursos de Allende, Balmaceda, Valentin
Letelier, Francisco Arcos y Francisco Bilbao, al parecer el lider del
asalto a las bibliotecas era un neófito arrepentido de engrosar
dicha cadena fraternal. Otros rescatan al Quijote, y el resto, a la
fogata. Libros sin utilidad, ni para reciclaje servían.
En diez minutos el número de
infiltrados en la Gran Logia se multiplicó por tres, saquean las
logias, las agendas, las espadas, los inciensos, los artículos de
broncería, las butacas, todo, todo es arrasado. Toman de rehen al
gran maestro, entre las pocas personas que habitaban tan colosal
edificación. Pese a las amenazas del gran maestro, tres mujeres
toman la espada flamíngera y les dice con picardía:
-¿Así que las mujeres no somos
digna creación del GADU?
No esperan la respuesta, solo desean
penetrar al gran maestro, primero en el estómago, buscando llegar a
los pulmones, con poco éxito. Luego lo dan vuelta rompiendo el
cinturón, en cuya hebilla había un compás y una escuadra, y lo
violan, primero con la espada flamíngera, luego con las otras tres
espadas de delgado grosor. El olor a excremento y sangre es
insoportable. La Gran Logia de Chile se ha quedado nuevamente si su
gran maestro.
Luego de veinte minutos todos se
retiran, unos cuantos porfiados se quedan. Personal de BOPE se acerca
al lugar del saqueo, pero es tarde. Raulo saca un control remoto y
grita:
- Después de la explosión de los cristales se dará inicio a una nueva biblioteca popular, la del General Alberto Bachelet.
Los efectivos del BOPE intentan entrar sin éxito, mientras la biblioteca arde y los cristales desaparecen por las diversas explosiones en lugares tácticos.
- Después de la explosión de los cristales se dará inicio a una nueva biblioteca popular, la del General Alberto Bachelet.
Los efectivos del BOPE intentan entrar sin éxito, mientras la biblioteca arde y los cristales desaparecen por las diversas explosiones en lugares tácticos.
Excelente, buena combinación me gusto eso de las mujeres (3 mujeres matando a un gran maestre, significado esotérico y poético?). Bueno para ser la primera entrada a un blog de terror chileno me parece buena para presentar lo que se va hacer en este sitio...
ResponderEliminarEn fin saludos os dejos nos vemos
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http://chileniaucronica.blogspot.com/
http://blackhole.bligoo.com/
Lo siento más ucrónico que de terror.
ResponderEliminarBlood
Emiliano, con todo el aprecio que te tengo, debo decirte que esto NO es terror. Como dice el Dr. Blood más arriba, es más cercano a una ucronía, pero de Terror nada.
ResponderEliminarRecuerden que acá están trabajando con un género lleno de exponentes muy talentosos, y con un público exigente, al que no le caerá bien el toparse con un cuento que no tiene nada de terrorífico.
También fíjense en la edición, pues hay unos cuantos detalles importantes.
Saludos.
Concuerdo con los señores más arriba. Si bien tiene un final relativamente truculento, no podríamos catalogarlo como terror, ni siquiera horror.
ResponderEliminarMe pasa que... Cuando me contaron los inicios de este relato, claro, no es terror clásico, luego de haber vivido los saqueos, desarrollo y asimilo un nuevob tipo de terror, el caos, la desesperación, la violencia.
ResponderEliminarNo nos encerremos ni sobre delimitemos los alcances de los géneros y los tópicos.
Quiero ser libre de temer a los duendes, fantasmas, seres humanos, extraterrestres, progresos biológicos, poderes psíquicos, bacterias asesinas o al vecino violador.
Exito a la iniciativa.