Urlo es un libro que nos lleva al borde de la locura y para los más sensibles, al desagrado, pese a que muchas veces debemos hacer un alto para digerir horrendas escenas, maniáticas necrofagias y parafilias que se presentan como «lo normal» en cuadros claustrofóbicos. En Urlo, lo usual es lo que conlleva a la muerte violenta e injusta, donde triunfan los antagonistas, los maniáticos, los desequilibrados, estúpidos, retrasados, psicóticos y deshumanizados hombres que no le temen a las consecuencias de actos demenciales, pero que en Urlo son lo usual, lo cotidiano, la carne de cada día.
Todo es carne se plantea al inicio, y desesperación agregaría yo. Intuir que si en alguna oportunidad caemos, convirtiéndonos en víctimas, no habrá manera de volver, todo se habrá podrido, agusanado y lo usual vuelve a ser lo podrido, y el urlo o alarido, que está previo a todo aquello, a la desesperación ante la tortura con fines indefinidos, sádicos y perversos. Lo usual será la descomposición de un orden, de un cuerpo, de los restos de un cuerpo, lo que alguna vez fue vida, pero que se ha convertido en caldo de cultivo para otras vidas, para las larvas y las moscas. La maldad y la deshumanización será lo usual, lo cotidiano.
La frialdad para desechar la vida, la amoralidad desquiciada se apodera de todo el libro, de los poemas y los relatos, estructura que no se adapta a los formatos o esteticismos conservadores. Este es un libro poco conservador, es una rareza en nuestra literatura:, el gore y el terror unidos para inutilizar nuestros filtros, ponernos descuartizados contra la pared, sumergiendo nuestras cabezas en las vísceras de una moral rancia, en nuestra capacidad de discernimiento, libre albedrío o gusto estético.
Una vez que iniciamos la lectura de Urlo somos apoderados de un instinto asesino que se encuentra dormido, apaciguado por nuestras convenciones del buen gusto, de la belleza estética, del bien, del cristianismo, de la cordura. Una vez abiertos nuestros sentidos, nuestras capacidades empáticas y disfuncionales, el ser oscuro que habita recluido en nuestro calabozo interior a la lectura de Urlo, se tornará hipnotizante, desequilibrante en su devaneo destructivo antimoral.
Pablo Espinoza Bardi aprendió lo suficiente en el gore como para no quedarse anclado en la sangre por la sangre, en el relato simplón que no lleva a ninguna parte. Al contrario, aparecen y reaparecen personajes, sujetos atrapados en sus propias visiones de la realidad, en sus propias satisfacciones suministradas por vidas patéticas, bastante comunes por lo demás, otorgándole posibilidades de expresión a seres que se regocijan en la putrefacción del individuo como reflejo, tal vez, de una sociedad que se pudre, que apesta como lo hacen los cuerpos en descomposición o los gangrenados, así que a no extrañarse al pensar que Espinoza Bardi refleje muy bien lo que somos como sociedad y lo que ocurre con los individualismos que se alejan del bien común disfrazándose de bien común.
A los ya conocidos Necrospectivas Volumen I y II, y a La Maldición de los Whateley’s editados por Ediciones Cinosargo, ahora se le suma Urlo de La Liga de la Justicia Ediciones. Ambas editoriales de Arica, del norte de Chile, de la frontera tripartita, de las batallas vergonzosamente memorables, del salitre y la desigualdad arraigada en nuestro sistema. Entonces ya no será una sorpresa que la locura se trasvasije con hermosura horrorosa en este nuevo trabajo de el principal escritor nacional de lo Gore.
A.A.C.
Concurso
¿Quieres ganarte un Urlo, un Necroespectiva Volumen II y un La Maldición de los Whateley’s, quieres tener parte de la obra de Pablo Espinoza Bardi? Entonces escribe, como comentario de esta entrada, un poema gore, un desquiciamiento poético que nos haga vibrar, que nos conmueva el estómago. Déjanos tu correo electrónico y el martes 2 de agosto de 2013 anunciaremos al ganador. Más tarde enviaremos los tres libros hasta tu hogar. Tienes hasta el 24 de Julio a las 23:59 hrs (GMT -4:00) para participar.
Toma la hebra
ResponderEliminarde sangre coagulada
enhebra lento
la aguja consagrada
y cose cuerpo y alma
Enhebra lento
con suavidad el hilo
que no se rompa
o si no la costura
se deshará en el acto
Que no se rompa
como la gruesa arteria
que dio la sangre
para crear la hebra
que espera su destino
Que dio la sangre
que conformó los hilos;
toma la hebra
antes que me la beba
y busque más arterias.
Es un honor tener al Doc participando como primerizo.
ResponderEliminar¿Era para primerizos? Pucha, yo voy de segundizo...
ResponderEliminarHoy tengo ganas de ti
ResponderEliminarHoy tengo ganas de recorrerte entero
Y verter sobre mi pecho tu sangre aun caliente
Hoy tengo ganas de poseerte entero
Y desde tus entrañas coger tu corazón
Hoy tengo ganas de tenerte
Desmembrar cada parte
Jugar con tu cuerpo
Hoy tengo ganas de comerte
Empalar cada miembro
Y con mi sierra seccionar tus manos
Y tú pecho.
Hoy tengo ganas de amarte
Y desde mi repisa colgar tu cabeza
Besar tu lengua interfecta
Mientras te descompones…
Hoy he saciado mis ganas
El orgasmo ha sido callado
Y tus viseras santificadas.
Fuera de concurso —ya que formo parte del staff—, dejo mi aporte a esta gran entrada (espero poder leer Urlo algún día).
ResponderEliminarVOMITORIUM
Tras las sombras de este arco
Envidio la daga del gladiador
Acaricia el cuello, lo abre
Derramando el escarlata icor.
Me aferro a la fría piedra,
Excitado al verse abrir
El abdomen rasgado hasta el pubis
Las joyas asoman al fin
Los perros se pelean las tripas
Sus hocicos embadurnados
Las fauces, deshuesando
Los espasmos han cesado
Cuando jirones y huesos quedan
Atravieso el vomitorio
Recojo la cabeza mutilada
Y devoro los inertes ojos
La calavera descarnada
Me mirará sin vida
Adornará mi escritorio
Mientras escribo estas líneas.
Este es super antiguo, pero para participar y jugar un rato aqui en chile terror
ResponderEliminarEL VULGAR BESO DE LA MUERTE
Desde un horizonte dormido, viene viajando la muerte.
Entre sus dedos la cabeza del último entierro,
sus labios llenos de semen hablan de necrofilia.
... De un corazón robado, de los ojos de plástico.
Mas que plástico,
cristalizado por un mundo gris,
aglutinado de grasa inhumana.
Dentro de sus paredes estomacales.
En un sueño come las pesadillas
de estos gusanos terrestres.
Donde los remordimientos ganan la batalla,
de vidas futuras.
Los cerebros se esparcen ante actos pornos
y comienzan a masturbarse mirando fijamente a Dios.
Desde un horizonte dormitan los fantasmas pasados
y la muerte no deja de llenarse
de máquinas terrestres.
Necrofilia mía
ResponderEliminarMuéstrame tus manos sangrando del
recuerdo
de roces y lujuria
de esa vida sin miedos.
Dame tu sonrisa
tus abrazos y tu vida
dame ese pedazo de alegría
que arrancaste de cuajo cuando menos quería.
Abrazo la sombra de tu silencio
abrazo las sábanas y el olor de nuestros cuerpos
aprieto la almohada, caen las lágrimas
al recordar los días
que ya no tendrán alba.
Muéstrame tus entrañas, tu dicha y tu calma.
Muéstrame las palabras que quedaron
aquel día
en aquella hoyanca.
Sanguis
ResponderEliminarLa noche revela
un alma en cólera
generosa de grana
desde un cielo podrido.
Se acerca con su terrible luz
mientras nado ciego en cloacas
habitadas por seres
que comen de sus vómitos.
Llego tendido en la tumba
me masturbo hasta sangrar
para mi desquiciada diosa,
los muertos me comerán.
En esta hora de espanto
sacio el ansia de tu vientre sangrante;
bendice este machete
que cerceno por siempre
en la necropsia de mi corazón...
Mi nombre: Daniel Lizana / Correo: daniel.lizana8@gmail.com... Saludos sangrientos!
ResponderEliminarTú
ResponderEliminarPienso en como tu voz a carcomido mi ser.
Pienso y siento como cada parte de mi cuerpo se desmorona,
lento y doloroso.
Tu ves mi cara intacta y sonriente,
pero los gusanos hambrientos pudren mis entrañas
dejándolas rojas, sangrantes, vivas!
Te amo, pero más te amaría si tu corazón no latiera.
Verte morado, verde y negro
sería el placer máximo.
Te amo tanto, que te cortaría el cuello,
bebería tu sangre
sacaría tus interiores
y dormiría junto a ti, acariciando tu cuerpo inerte.
Así, seríamos eternos...
Festín
ResponderEliminarDesde el mas profundo rincón de mi martirizada alma
Acuno en mi putrefacto espíritu el rencor
Todas las noches que he pasado en vela
Con cada golpe haciéndome arder la carne hoy por fin terminarán
Oh si, ahí estás
Te ríes de mi y de mi dolor
Haces de lo que siento risa
Yo el hijo bastardo
El que duerme con la basura y miseria
¡No más!
¡Toma! recibe mi cuchillada con un campeón
El sonido de tus gritos es música para mis oídos
Mas intenso y hermoso aun
Cuando retuerso tu brazo con mis manos
Que felicidad mas placentera ver la mueca de dolor que haces
Al ver correr tu sangre a chorro
Si quiero seguir viendo como tu rostro
Se retuerce al ver como te arranco los dedos
Mira el hermoso liquido carmesí
Sigue fluyendo de ellos, oh si
Que este hermoso vals maldito no termine nunca
Que siga lloviendo sangre,
Que sigan saltando partes de cuerpo a todas partes
Que la tibieza de tus órganos entibien mis manos
Y que pueda saborear en mis entrañas
El liquido que estos salpican.
Ahora comienza el festín
Puedo comerme tus vísceras
Ahora puedo alimentarme de la vida
Que tu maldito me arrancaste a mi
Snuff
ResponderEliminarDe que lado de la cámara estás?
el ojo vigilante y rojo,
hacia donde apunta?
puedes diferenciar tus fluídos
de los que tienes frente a ti?
la presión de tu muñeca
ha cortado ya tu pulso?
Sientes el miembro erecto
en tu masa encefálica
entrando y saliendo
por donde solía estar
tu globo ocular izquierdo
ahora violado y ausente?
Sientes la nausea?
La sangre golpeando tu cabeza por dentro?
El vómito pujante en tu garganta?
Puedes diferenciar tu estómago revuelto
del cuchillo que abre tu piel
y de la mano que arranca tus entrañas?
La sangre no cae en vano.
Las muecas de las cabezas sobre el piso
son las sonrisas más sinceras que has visto.
Dime,
sabes de que lado de la cámara estás?
paulinavenoma@gmail.com
ResponderEliminarEN CASA NUNCA FALTÓ LA CARNE
ResponderEliminarEn casa nunca faltó la carne.
Padre se encargaba de conseguirla.
Aún recuerdo el primer día.
Madre estaba en su silla de ruedas.
Padre nos hablaba con sabiduría.
Son de las pocas cosas agradables que recuerdo de él.
Nos decía que la carne se debe lavar y cocer bien para evitar enfermedades… padre insistía en que debía poner atención.
Padre me golpeaba si miraba hacia otro lado,
incluso si pestañaba.
Padre metía a la fuerza la carne en la boca de mi madre.
Padre bebía como si de ello dependiese su vida… con miedo.
Cada vez que traía carne había miedo,
y miraba hacia afuera de la ventana y nos hacía callar:
“¡por dios, si hablan los mato!”...
luego me entregaba el cuchillo, “¡aprende mierda!”, decía…
tomaba la botella y se retiraba a su cuarto.
Madre no decía nada. Yo trozaba la carne.