Los lanzamientos de nuestra antología han sido un éxito tanto en convocatoria como en estrechar lazos con nuestros lectores. Santiago, Concón, Playa Ancha, Valdivia, La Serena, Quellón y próximamente en Arica. Ya son cientos de manos las que sostienen un ejemplar de Chile del Terror - Una Antología Ilustrada.
¿No eres uno de ellos?
¿O quieres otra copia para regalar o por simple avaricia?
He aquí la oportunidad de llevártela.
Durante la presentación en La Serena, hablamos del reto que representa hacer terror en estos tiempos, cuando los medios nos bombardean con historias reales de espanto y horror. Pues una de las formas, que en realidad siempre ha sido uno de los principales recursos, es tomar esas historias verídicas y profundizar en ellas, llevarlas un paso más allá.
Así que el desafío para ustedes es escribir un relato de no menos de 333 palabras y no más de 666 (sin contar el título), tomando como base el caso del hogar irlandés en el que encontraron casi 800 cadáveres de niños. Déjanos tu texto como comentario en esta entrada, antes de la medianoche del domingo 22 de junio y de entre todos los participantes elegiremos el mejor cuento, que además de llevarse una copia de nuestra antología (envío a cargo y gentileza de Austrobórea Editores ), será publicado como entrada en este blog, acompañado de una ilustración de uno de nuestros estupendos artistas.
¡MANOS A LA OBRA!
NOTA: Chile del Terror se reserva el derecho de declarar desierto el concurso si los relatos no cumplen estándares mínimos de gramática y ortografía, así como con las expectativas del staff.
este era un lugar lejano en un territorrio olvidado habia mujeres mayores de rasgos extraños y niños delgados de rostros frios y amargados ... comian al mismo tiempo dormian y pensaban de la misma forma . los dias pasaban las noches frias de este lugar olvidado hacias que dientes rechinaran por las noches .. se escuchaban voces gritos de niños pero nadie se atrevia a levantarse de pronto un dia aparecio un pequeño en el portico de aquel lugar de piel morena de cabello rizado los demas pequeños olvidando el frio y la seriedad del lugar no tituviaron en ir donde el niño a preguntar . quien ers ? de donde vienes ? porque tu piel es asi ? a lo cual el pequeño niño respondio soy junn del sur y de donde venian eramos todos asi quienes son ustedes ? los niños con mucha curiosidad reian algo que ya casi habian olvidado de pronto sono un portazo como un trueno .. llego la mama dijeron y todos corrieron ... de pronto junn dijo mama que es mama ? y los demas niños dijeron tsssss agacha tu cabeza y de pronto junn escucho pasos y rechinar madera y cuando menos penso un tiron de sus orejas .... este es el mono dijo aquella señora .... mono tu vieja fea resnpondio el niño siquiera pensar en el lio que que habria de desatar la mujer con gran fuerza tomo el niño y lo arrojo en una mesa todo asustados no querian ni mirar aquella mujer en sus ojos hervia la maldad ... tu no me conoces mocoso .. pero este en mi infierno te trajimos a aqui para que fueran nuestra bestia ... los demas niños no soltaron palabras solo bajaron sus pequeñas miradas ... junn dijo de bestia nada soy junn del sur vieja amargada el niño con gran acrovacia se solto de la mujer grande y salto de mesa en mesa la señora grito atrapen a esa bestia ... hoy es el dia que eleji para que muera ... junn no escucho nada la adrenalina lo exaltaba bajo por un corredor que peor desicion aquel corredor no era mas que un sotano lleno de osamentas ... que haces aqui pregunto junn a la vieja colerica .... aqui preparo a mis bestias este es mi infierno y tu ers mi proxima sorpresa ,,, junn tomo un hueso de algun pobre infeliz y con gran proeza clavo en una teta a la gran vieja ... que solto un grito como del mil perras .... todos los niños escucharon el grito y no podian ni soportarlo junn con el hueso en la teta de la vieja la miro fijo y dijo soy una bestia pero no tu bestia soy la bestia a la que rindes tributo .. pero visto que no me recomonociste te tomo a ty como mi tributo , la vieja lo miro fijo y vio en los ojos de junn un universo que se destruia y se creaba de nuevo y el niño termino de apuñalarla y escupio en su boca grito sois libre pequeños hagan mi enseñansa miren que el mundo que les dejo es por pura gracia jajajajajaj
ResponderEliminarConfesión
ResponderEliminarSiempre he sido una
devota creyente. No importaba que cosa podría hacer, yo sabia que él
me perdonaría. Además, eran bastados de madres pecadores, que no
merecían piedad. Aún recuerdo, cuando el arzobispado de Irlanda
ordeno dar acobija a esas llamadas “mujeres caídas”, sucias
golfas que concebían hijos sin pasar por el sagrado matrimonio.
Producto de un coito impuro. Al principio, me espante con la idea de
que esas golfas fueran acobijadas en el hogar de la congregación de
Bon Secours, a la cual pertenecía. Pero como venían de ordenes
superiores a mí, lo acepte y nada más.
Al avanzar el
tiempo, cada vez más de estas golfas llegaban a “The Home”,
como algunos llamaban al hogar de mi congregación. Durante ese
tiempo, tuve que soportar los repugnantes olores de ellas, que me
recordaban su falta de compromiso hacía el señor. Haciendo que no
aguantará su presencia y su falta de compromiso, con quien murió en
la cruz por nuestra salvación. Yo he dado todo por dios y
Jesucristo, incluso el no engendrar hijos para estar en su servicio y
sí yo sacrifique este derecho mío,¿Cómo era posible que estas
golfas cayeran en la tentación del placer e instintos impuros?. No
supe que hacer con esa rabia y más aún, cuando estas golfas se
atrevían a dar a luz sus detestables vástagos, en el techo mi
amada congregación, hasta que un día la respuesta llego a mí, como
sí el mismo señor me hubiera hablado al oído.
Nadie tiene el
derecho a juzgarme. Esos “niños” que además de nacer de tan
satánica unión, no tenían salvación por el sagrado bautismo.
¿Para que extender su miseria, si su alma desaparecí para siempre?.
Así fue, que comencé a matar a cada uno de ellos, comenzando con
los bebés. Aún puedo recordar, sus lindas caritas y su inofensiva
presencia que no me dejaba llevar acabo sus muertes. Sabía muy bien
que eran y aún así, no podía enterrar un cuchillo en su pequeños
abdómenes. Mi debilidad era muy grande y me azotaba con fuerza, por
cada vez que no cumplía la voluntad del señor. Pero mi
determinación, me hizo optar por métodos más discretos. Deje que
el clima de Irlanda, hiciera mi trabajo y no creo que el señor se
molestará por ello.
Durante las noches,
abría las ventanas y dejaba desnudos a los engendros para que el
frío pudiera terminar con sus vidas. A veces morían de
inmediatamente y en otras simplemente sobrevivían apenas, sufriendo
los embates de la tuberculosis. Algo que para mí era satisfactorio,
ya que su sufrimiento sería una luz guiadora a todos aquellos que
siguen el camino de dios padre, hijo y espíritu santo. Una vez
muertos, mi tarea se hacia más fácil y arrojaba sus diminutos
cuerpos mohosos en la fosa común, donde eran acumulados para ser
consumidos por los cuervos y gusanos, sus ojos dilatados y partes
corporales. Con el tiempo, esta tarea me ayudo a tener más templanza
para matar a los engendros de las golfas. Sobre todo aquellos que
tenían más edad. Era realmente fácil hacerlo, sólo tenía que
acercarme amablemente y hacerle creer que eran niños normales. Eso
hacían que se confiarán y olvidarán la verdad de ellos. Cuando
llegaba el momento, les enterraba un cuchillo directo en sus
estómagos. Dejando lentamente que su sangre y viseras tiñeran el
piso. Nadie podría sospechar de mis actos, era la madre superiora
de las mojas que daba cobijo a las “mujeres caídas”, además
Irlanda sufría una abruma temible, por lo que se podía entender que
niños murieran tan repentinamente. Además, yo hacía lo que todos
del pueblo, no se atrevían hacer.
Yo no me arrepiento
de nada, pero debo confesar que he pecado. Al matar a esos engendros,
al ver sus miradas dilatadas y estómagos abiertos, que testificaban
lo que siempre he creí de ellos, experimentaba un placer en ello.
Algo que no puedo sentir, si he entregado todo a dios. Por eso vengo
a confesarme ante usted, padre...
Misericordia.
ResponderEliminar“Mi querido niño, no tengas miedo a lo que va a suceder, porque
Dios nos está mirando ahora. No, tranquilo, que este mundo cruel no es para ti.
Sí, hijo, tranquilo, que no dolerá nada. Medítalo, ¿Dios permitiría que
sintieras dolor, a un alma tan inocente como la tuya? No, tú estás libre de
pecado. Fue tu madre, tu madre la que te trajo a esta tierra de sufrimientos,
sabiendo que te marcaría para siempre con la deshonra. Y la gente que no
entiende el pecado puede ser muy cruel. ¿Yo? No, yo sí lo entiendo. Yo sé que
Dios es inflexible con el pecado, pero ama al pecador. Yo te amo, hijo. En
serio. ¿Cómo podría no hacerlo?
Deja que tu espíritu
vaya hacia nuestro creador. Deja que su amor te lleve lejos de este
sufrimiento. Desearía tener tu suerte, hijo.
El Señor es mi pastor;
nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, me conduce hacia aguas
tranquilas, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor
a su nombre. Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro
alguno, porque tú, Señor, estás conmigo. Tu bondad y tu amor me acompañan en
todo momento, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré.
Recuérdame allá arriba, ¿bueno? Siempre recuerda que, a pesar de todo, tus
padres te amaron. Aunque hayas nacido del pecado. Pero…, yo… No importa. Lo que
te traigo es un regalo. El regalo de Dios. Que en su misericordia encuentres el
descanso. Mi niño, mi querido niño.”
Con manos llenas de
cariño el sacerdote levantó la maza que tenía a sus pies, y con un movimiento
rápido golpeó al niño en la sien, provocando que su cráneo se abriera
violentamente para regar el piso de su contenido. Su cadáver quedó inerte en el
suelo, mientras la sangre bombeaba a ríos, y sus miembros yacían en extrañas
direcciones. El sacerdote tomó al niño con toda calma y lo tiró en el foso, junto
a sus hermanos. Su rostro mostraba, aún así, paz.
JOVEN ALMA CONDENADA
ResponderEliminarYO SOY, BUENO AHORA, PODRÍA DECIR SOLAMENTE YO ERA, POR EL ESTADO NO TERRENAL EN QUE ME ENCUENTRO, SUENA INCOHERENTE PORQUE ESTOY ESCRIBIENDO ESTA MALDITA CARTA, QUE ESPERO QUE LLEGUE AL MUNDO HUMANO DEL CUAL ESTOY CONSCIENTE QUE
EXISTE. DEJARÉ MI NOTA COMO UNA MAS DE LAS VICTIMAS DE LA IGNORANCIA DEL HOMBRE, ESE MAL QUE HA HECHO SUFRIR ALMAS POR CIENTOS DE AÑOS, ALMAS QUE CONOZCO, ALMAS QUE BUSCAN LA LIBERTAD FUERA DE ESTE ASQUEROSO MUNDO QUE SE HACE
LLAMAR CIVILIZADO.
YO ERA SOLO UNA NIÑA, UN ESPÍRITU PURO, DEL QUE AHORA AÚN PUEDO RECORDAR A PESAR DE TODO ESTE TIEMPO. MI MADRE ERA UNA JOVEN PERDIDA A LA CUAL NO HABÍA MUCHO DESTINO EN SU VIDA DESDE QUE ME TRAJO A LA MÍA ¡OH MADRE, QUÉ PECADO HAS COMETIDO AL ENTREGAR TU ALMA A DIOS! ¡Y AL QUERER ENTREGARLA JUNTO A LA MÍA,
HAS COMETIDO EL PEOR ERROR DE TU VIDA!
ELLA TRABAJABA COMO LAVANDERA EN EL ASQUEROSO HOGAR DE MONJAS, COMO UNA ESCLAVA BLANCA CONDENADA, LAS RAMERAS DE DIOS NO LA DEJABAN RESPIRAR Y NO PODÍA VERME TAMPOCO
CUANDO ELLA DESEASE. YO ESTUDIABA EN LA ESCUELA DEL OTRO LADO DEL CONVENTO, JUNTO CON LOS OTROS NIÑOS DE LAS MUJERES CAÍDAS, Y LOS DEMÁS NOS LLAMABAN ENGENDROS IMPUROS, ALMAS CONDENADAS, HIJOS DE SATÁN, PRODUCTO DE MI ESPÍRITU NEGADO AL BAUTIZO. ME ALIMENTABAN 2 VECES A DIARIO, A VECES UNA VISCOSA SOPA, OTRAS VECES UN TROZO DE PAN, Y NO PODÍA ACCEDER AL AGUA POTABLE LAS VECES QUE CONSIDERABA NECESARIAS. UN DÍA, SENTADA EN EL PATIO DE LA ESCUELA SE ACERCARON 3 NIÑAS Y 2 NIÑOS, ME INVITARON A JUGAR A LA FUENTE DE AGUA, CONSISTÍA EL QUE
AGUANTABA MÁS LA RESPIRACIÓN DENTRO DEL AGUA SE GANABA UN CARAMELO, ¡YO EN MI VIDA HABÍA PROBADO UN DULCE CARAMELO! ASISTÍ, EL AGUA CRISTALINA ME LLAMABA, ERA MI TURNO, NO HABÍA NINGUNA MONJA ALREDEDOR, ESTABA DISPUESTA A LUCHAR POR LO
QUE QUERÍA, AGUANTÉ 2 MINUTOS DENTRO DEL GRAN OCÉANO, FUERON LOS MINUTOS MAS ETERNOS, SENTÍ COMO ESA MALIGNA PAZ INTERIOR ME HABLABA, LA PRESIÓN DEL AGUA DENTRO DE LA TRANQUILA FUENTE ERA EL CAOS MAS HERMOSO, EL CAOS DEL CUAL RECIBÍ
EL MENSAJE REVELADOR.
ME DIERON EL DULCE CARAMELO, LA FORMA EN QUE ME OBSERVABAN ERA TAN INTIMIDANTE QUE ME SENTÍA PARTE DE UNA GRAN CONSPIRACIÓN, SENTÍA A MEDIDA QUE IBA MORDIENDO EL
CARAMELO, TAN AMARGO Y CORROSIVO, TODAS LAS CREENCIAS E IDEALES DENTRO Y FUERA DE ESTAS MURALLAS ARDÍAN EN LLAMAS DE DOLOR, LAS MONJAS ENFERMERAS, LOS NIÑOS PREFERIDOS, LAS SOLITARIAS MADRES MALDITAS, TODAS ARDÍAN EN UN OSCILANTE FUEGO
Y SE PERDÍAN EN UN LARGO GRITO DE DESESPERACIÓN, TODO JUNTO HACÍAN LA ESCENA MAS PERFECTA QUE HABÍA PRESENCIADO EN MI CORTA INFANCIA. MI ENCÍA HEDÍA EN FURIOSA SANGRE, Y PARTE DE MIS DIENTES YACÍAN EN EL VERDE PASTO, ESA PIEDRA FUE EL DULCE MAS EXQUISITO QUE HABÍA PROBADO, LOS NIÑOS HABÍAN ESCAPADO DEL PRODUCTO DE SU SINIESTRA BROMA Y SOLO UNA NIÑA SE ME QUEDÓ OBSERVANDO, SU ROSTRO IMPRESIONADO DE HORROR PRONUNCIÓ: “¡OH DIOS!”.
ENTONCES MI ESPÍRITU YA SE SENTÍA DIFERENTE, MI MADRE YA NO ME IMPORTABA, VIVIR EN ESE HOGAR TAMPOCO, EXISTÍA DENTRO DE ESAS MURALLAS PERO AL MISMO TIEMPO YA ESTABA EN EL PARAÍSO. A MEDIDA QUE PASABAN LOS MESES MI CUERPO SE DEBILITABA MÁS A CAUSA DE DESNUTRICIÓN, Y PODÍA OLER LA MUERTE ACERCARSE. FUE CUANDO UN DÍA, A SOLO LA EDAD DE 8 AÑOS CAÍ EN CAMA EN PRODUCTO DE AGONIZACIÓN, MI CUERPO ESTABA TAN ABANDONADO PERO MI ALMA ESTABA SEDIENTA DE VIDA, LA VIDA QUE DABA RAZÓN A ESTA MALDAD. CRUCIFIJOS ME RODEABAN POR TODOS LADOS, LOS CUALES VEÍA
PUDRIÉNDOSE A MEDIDA QUE YO ME ALEJABA, TODOS ELLOS SE BURLABAN DE MÍ. UNA ENFERMERA SE ACERCÓ Y ME ENTERRÓ UNO EN EL CORAZÓN. “VADE RETRO SATAN” PRONUNCIABA SU REPUGNANTE BOCA Y YO, TRAS UN GRAN GRITO DE PLACER ME DIFUMINÉ BAJO LAS ALAS
DEL ANTICRISTO. SEMANAS DESPUÉS VI COMO MI JOVEN CUERPO ERA ENTERRADO DEBAJO DEL VERDE PASTO JUNTO LOS OTROS.
Mashíaj
ResponderEliminarLa hermana *** recibió durante
la noche la visita del enviado de nuestro Señor quién le comunicó la buena
nueva. Esperábamos desde hace mucho tiempo la segunda venida de nuestro Señor
encarnado en su hijo, concebido en el vientre inmaculado de la hermana ***.
Virgen y pura era la escogida para traer un nuevo reino a la tierra. La elegida
para dar a luz a aquel que traería un cielo nuevo y una tierra nueva.
Cuando nació, notamos
de inmediato su carácter. Su presencia llenaba todos los rincones del hogar y
nos hacía prever que la profecía era cierta. Pronto el mundo tal como lo
conocíamos sería solo un recuerdo ya que nuestro Señor extendería su manto
sobre la tierra cambiándolo todo. En el hogar no solo teníamos al hijo de
nuestro Señor. El refugio de Tuam había sido construido con la escusa de
albergar a los hijos de las mujeres caídas. Nadie se preocuparía de lo que allí
pasaba porque a nadie le preocupaban aquellas criaturas concebidas fuera del
vínculo del matrimonio. Desde el comienzo los niños advirtieron su presencia.
El nerviosismo aumentaba a medida que pasaban los días y los niños estaban cada
vez más inquietos. Pero pronto todo eso hubo pasado. Y todo gracias a nuestro
Señor encarnado en su hijo.
A los pocos días, el
hijo de nuestro señor nacido del vientre de la hermana *** se levantó del lugar
donde dormía, abandono su habitación y avanzó hacía los hijos de las mujeres
caídas. Al verlo, los niños se paralizaron por el horror que veían frente a
ellos. Desde una de las ventanas del hogar vi sus rostros lívidos y el grito contenido
en sus gargantas imposibilitado de salir debido a la imposibilidad de
comprender lo que tenían frente a ellos. Con uno de sus tentáculos el hijo de
nuestro Señor, hijo de su propia carne y su propia alma, tomó a uno de los
niños y lo estranguló hasta acabar con su vida. Casi pude el alma del pequeño
maldito saliendo de su cuerpo y entrando en las fauces pútridas del fruto del
vientre de la hermana ***. Continúo después con los otros niños que se
encontraban en el patio. Fue un espectáculo horrendo y blasfemo, lleno de
sangre y restos de cuerpos cayendo al suelo. Supe en ese momento que la idea
del albergue no era del todo azarosa. Era necesario el alimento para nuestro
mesías y no había mejor forma de conseguirlo que de esa manera.
Más tarde con las
hermanas enterramos los cuerpos de los niños y nos dispusimos a recibir a
otros. Nuestro Señor necesitaba alimentarse para crecer y poder traer el caos y
la destrucción al planeta. ¡Ia, Ia Yog-Sothoth!.
Ya no queda nada
ResponderEliminarSombríos comentarios siempre acompañaron la existencia de
este lugar, se podía ver por doquier a las madres desdichadas llorando,
clamando por que les trajeran de vuelta a sus hijos. Advertían que con ellos ocurrían
hechos que ni si quiera la mente más despiadada pudiese pensar, pero, debido a
que fueron embarazadas fuera de matrimonio, o por infidelidades, eran marginadas,
denigradas a el nivel más bajo posible de su humanidad; lloraban alrededor de
las urbes por los frutos expelidos de sus vientres, vagaban como almas en
penas, sin merecer la preocupación de nadie…
Así, sin más, una noche decidí acercarme a una de ellas para
pedir más detalles de aquello que perturbaba sus mentes y desdichaba sus
existencias, apenas me acerque a una mujer ella me aferro con todas sus
fuerzas, como si ya no tuviese otra oportunidad de captar la atención de
alguien:
-¡Señor! Por favor, usted debe ayudarme –vi una desesperación
y angustia en lo profundo de sus ojos, que aunque me intimido, no me permitió
negarme a su petición- debe salvar las inocentes almas de nuestros niños, si no
lo hace, Dios sepa que males caerán sobre nosotros…
-Pero ¿De qué debería salvarlos?, en manos de las monjas es
el mejor lugar en donde podrían estar, ustedes no serían capaces de proveer
sustento para ellos.
-Quizás no, pero las intenciones de las monjas están lejos
de querer cuidarlos, ¿No se ha enterado de la muerte de muchos de ellos?, ellos
no están a salvo allá…
-Sí, pero estamos sufriendo un terrible azote por la
tuberculosis, además de la hambru…
-¡¡NO!! –me interrumpió súbitamente- es cierto lo de estos
males que estamos sufriendo, pero no tienen relación alguna con la muerte de
los niños… Un extraño culto está tomando forma en ese lugar ¡Debe creerme!, los
están sacrificando para ofrecerlos a oscuras entidades…
En ese momento, la conversación se estaba tornando demasiado
extraña; un escalofrío recorrió a lo largo de mi espina dorsal, me solté de la
mujer y me marche, pero sus ojos ¡Ay sus ojos!, transmitían una veracidad
innegable, así que decidí ponerme en rumbo a este hogar. Estaba alejado de la
ciudad, hacia el bosque, en donde me adentre. El ambiente no pudo haber sido más
espeluznante, el débil resplandor de la luna nueva en compañía de una espesa neblina
que no dejaba ver ni mis propias manos y de los arboles sin hojas deformados de
las más morbosas formas imaginables.
Luego de adentrarme, comenzaron a aparecer carteles que
negaban el paso a extraños, haciendo advertencias impropias de religiosas
-¡FUERA DE AQUÍ MALDITOS!- cada vez con más frecuencia, hasta que aviste una
imponente muralla.
Logre subirme a uno de los árboles, sumido por el temor y
nerviosismo que provocaban fúnebres canticos pronunciados en extrañas lenguas, para
intentar ver lo que del otro lado sucedía. Entonces mi sorpresa fue máxima,
divise a los párrocos y monjas vestidos con oscuros atuendos, alrededor de una
hoguera con una figura monolítica de piedra; el pánico congelo todos mis músculos,
frio sudor comenzó a correr por mi rostro, no podía dar crédito a lo que mis
ojos veían: una fila de niños esperando su turno para la ejecución a los pies
de la deidad, iban acercándolos de a uno. Los subían a un mesón de piedra,
entonces se acercaban dos monjas que comenzaban a realizar distintas marcas
sobre las pieles de los niños –en este punto los alaridos de dolor eran
inhumanos-, para que entonces, se acercara un cura a extirpar de manera brutal
y asombrosamente quirúrgica ciertos órganos del niño, con cada niño el órgano extirpado
cambiaba; todo esto mientras los demás esperaban con la mirada clavada en el
suelo, inmutables ante el dolor de sus pares casi con abnegación.
Luego de presenciar un par de macabras ejecuciones, justo en
el momento en que el cuchillo se clavaba en el vientre de un niño, un gemido salió
involuntariamente de mi boca, entonces las miradas esquizofrénicas de los párrocos
se clavaron sobre mi…
…ya no queda nada…
Sombríos comentarios siempre acompañaron la existencia de este lugar, se podía ver por doquier a madres desdichadas llorando, clamando por que les trajeran de vuelta a sus hijos. Advertían que con ellos ocurrían hechos que ni si quiera la mente más despiadada pudiese pensar, pero, debido a que fueron embarazadas fuera de matrimonio, o por infidelidades, eran marginadas, denigradas a el nivel más bajo posible de su humanidad; lloraban alrededor de las urbes por los frutos expelidos de sus vientres, vagaban como almas en penas, sin merecer la preocupación de nadie…
ResponderEliminarAsí, sin más, una noche decidí acercarme a una de ellas para pedir más detalles de aquello que perturbaba sus mentes y desdichaba sus existencias, apenas me acerque a una mujer ella me aferro con todas sus fuerzas, como si ya no tuviese otra oportunidad de captar la atención de alguien:
-¡Señor! Por favor, usted debe ayudarme –vi una desesperación y angustia en lo profundo de sus ojos, que aunque me intimido, no me permitió negarme a su petición- debe salvar las inocentes almas de nuestros niños, si no lo hace, Dios sepa que males caerán sobre nosotros…
-Pero ¿De qué debería salvarlos?, en manos de las monjas es el mejor lugar en donde podrían estar, ustedes no serían capaces de proveer sustento para ellos.
-Quizás no, pero las intenciones de las monjas están lejos de querer cuidarlos, ¿No se ha enterado de la muerte de muchos de ellos?, ellos no están a salvo allá…
-Sí, pero estamos sufriendo un terrible azote por la tuberculosis, además de la hambru…
-¡¡NO!! –me interrumpió súbitamente- es cierto lo de estos males que estamos sufriendo, pero no tienen relación alguna con la muerte de los niños… Un extraño culto está tomando forma en ese lugar ¡Debe creerme!, los están sacrificando para ofrecerlos a oscuras entidades…
En ese momento, la conversación se estaba tornando demasiado extraña; un escalofrío recorrió a lo largo de mi espina dorsal, me solté de la mujer y me marche, pero sus ojos ¡Ay sus ojos!, transmitían una veracidad innegable, así que decidí ponerme en rumbo a este hogar. Estaba alejado de la ciudad, hacia el bosque, en donde me adentre. El ambiente no pudo haber sido más espeluznante, el débil resplandor de la luna nueva en compañía de una espesa neblina que no dejaba ver ni mis propias manos y de los arboles sin hojas deformados de las más morbosas formas imaginables.
Luego de adentrarme, comenzaron a aparecer carteles que negaban el paso a extraños, haciendo advertencias impropias de religiosas -¡FUERA DE AQUÍ MALDITOS!- cada vez con más frecuencia, hasta que aviste una imponente muralla.
Logre subirme a uno de los árboles, sumido por el temor y nerviosismo que provocaban fúnebres canticos pronunciados en extrañas lenguas, para intentar ver lo que del otro lado sucedía. Entonces mi sorpresa fue máxima, divise a los párrocos y monjas vestidos con oscuros atuendos, alrededor de una hoguera con una figura monolítica de piedra; el pánico congelo todos mis músculos,
un frio sudor comenzó a correr por mi rostro, no podía dar crédito a lo que mis
ojos veían: una fila de niños esperando su turno para la ejecución a los pies de la deidad, iban acercándolos de a uno. Los subían a un mesón de piedra, entonces se acercaban dos monjas que comenzaban a realizar distintas marcas sobre las pieles de los niños –en este punto los alaridos de dolor eran inhumanos-, para que entonces, se acercara un cura a extirpar de manera brutal y asombrosamente quirúrgica ciertos órganos del niño, con cada niño el órgano extirpado cambiaba; todo esto mientras los demás esperaban con la mirada clavada en el suelo, inmutables ante el dolor de sus pares casi con abnegación.
Luego de presenciar un par de macabras ejecuciones, justo en el momento en que el cuchillo se clavaba en el vientre de un niño, un gemido salió involuntariamente de mi boca, entonces las miradas esquizofrénicas de los párrocos se clavaron sobre mi…
…ya no queda nada…
Lo siento esta entrada la publique yo, pero la edite mas arriba para que los parrafos quedasen mejor ordenados, no se porque al eliminarla quedo como "Guest"
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