Ilustración por Ana Oyanadel.
Los
ángulos de la casona cambiaron de una forma vertiginosa. Un hedor
impregnó todo el lugar dejando estupefactos al Señor y la Sra.
Baylock. Los dos sintieron al unísono como una fuerza invisible les
trituraba los huesos al tiempo que los azotaba de lado a lado contra
las paredes. La sensación viscosa de aquella desagradable fuerza se
tornó en un agudo dolor cuando unos inexistentes garfios cercenaban
la piel de la pareja: cortando y mutilando. La sangre fluía de
aquellos cuerpos de manera sobrenatural, como si la invisible entidad
succionara los chorros de sangre que nunca llegaron a tocar el piso.
Aquella noche, Mr. Graveyard veía la escena con gran satisfacción.
***
Poco
se sabe del infame anciano que vive en la antigua casona rodeada de
nudosos árboles y piedras garabateadas con extraños símbolos cerca
del mar. En realidad, los temerosos habitantes no desean saber nada
de él, pues muchas historias, de carácter poco cristiano, rondan
tras aquella decrépita figura debido a los gritos inhumanos que se
escuchan en ciertas épocas del año. Los habitantes del pueblo
suelen ser muy supersticiosos y tienden a adornar de manera coloquial
todo tipo de historias a la hora de referirse a tan excéntrico
personaje, sobre todo, de una persona con tan irreales
características. Lamentablemente todas las historias ganan algo de
verdad en personas tan misteriosas y aborrecibles que se aíslan de
la sociedad, pues existen extrañas y oscuras fuerzas que anidan en
el inconciente del hombre, fuerzas que ganan terreno en largos
periodos de aislamiento, terminando por dominar a la persona con
cualidades excepcionales. Pero en algunas ocasiones, estas aptitudes
impensadas en simples mortales toman contacto y conviven con
aberraciones adimensionales que acechan desde los rincones más
insospechados y ajenos a este mundo.
El
anciano Graveyard no era la excepción.
La
casona del infame anciano reflecta los horrores que vienen con la
luna, al igual que sus crueles ojos amarillos que fulgen en un estado
de demoníaca perversión. Este 29 de abril, el Señor y la Sra.
Baylock experimentaron en carne propia el horror en su estado más
primitivo... más cósmico. Algo nuevo de que hablar en el pueblo,
algo nuevo para reunirse en torno a la chimenea y dejarlo plasmado
generación tras generación: Nuevos
gritos de agonía bajo una terrible noche.
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