jueves, 16 de octubre de 2014

"El imbunche de Quicaví" por Aldo Astete Cuadra













Ilustración por Ana Oyanadel.






Extracto del borrador de un guión

Al entrar en la caverna, Benjamín toma un chonchón y lo enciende, le da otro a Sayén, se oye un balido ronco, despacio, como un ronquido o una respiración, es constante. La luminosidad muestra un corredor, caminan por él hasta llegar a un amplio espacio, en el centro de la habitación aparece la imagen del imbunche, un ser de pelaje blanco que aparece semi incorporado en sus dos pies, la otra mano cercana al suelo y una joroba compuesta por su pierna, un pie sobresale por sobre la cabeza. Su cuerpo está cubierto completamente por pelo blanco de chivo, su rostro es el de un ser humano con rasgos de estupidez y ferocidad, al intentar hablar se le nota la ausencia de varios dientes.
Benjamín: Oh juez Imbunche, disculpa nuestra intromisión, hemos venido a traerte comida.
Imbunche: Kiegghhh Koojjjj eooocuejlla a Cueujjjjejjejggne
Benjamín: Esta mujer es Sayén Naín, está preparándose para ser uno de nosotros y es muy buena, ella ha destazado esta carne para ti. (Benjamín se quita un morral y se lo muestra al Imbunche.
Sayén: Mis respetos Imbunche. (Sayén dice esto con sincero ademán)
Benjamín: Debemos presentar ahora nuestra sumisión ante el juez, sígueme, haz lo que yo. (esto se lo dice en voz baja, al oído).
Benjamín camina hasta llegar muy cerca del Imbunche, éste se da media vuelta dejando un trasero pelado, como el de los papiones, y Benjamín se inclina para darle un beso en el ano. (la imagen muestra el ano del imbunche en primer plano con restos de fecas y pelos)
Sayén mira esto horrorizada, asqueada.
Benjamín: Es tu turno Sayén, adelante (la invita a pasar con un ademán)
Sayén da un paso y se detiene, está a punto de vomitar, sin embargo, se rehace, se acerca a unos centímetros y cierra sus ojos (La imagen muestra los labios de Sayén hacer contacto con el ano del imbunche) Se retira asqueada limpiándose la boca con el antebrazo.
Benjamín: ahora daremos alimento al imbunche, ya hemos ganado su confianza (el ser se da media vuelta y engulle lo que le han tirado al suelo, hacen una reverencia y se dirigen hasta una puerta que está al final de la habitación, entran a una sala más pequeña que la anterior, en ella hay un trono que preside una mesa pentagonal con 12 tronos más pequeños, tres en cada lado de la mesa.
Sayén: Por fin en la famosa cueva, en donde se reúne la Mayoría.


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